El Perfil de un escritor de la Historia

Después de comenzar sus estudios de historia, Aníbal Antonio Parera, el responsable de esta comunicación, llevó la escritura que venía realizando por los carriles de las ciencias sociales, publicando ASSELBORN en 2002, LA ARGENTINA NACIONALIZADA en 2004, FERNANDA en 2005, DE LAMBARÉ AL PARAGUAY en 2006 y EL SOBRINO en 2007.
Había cursado sus estudios primarios en el Colegio Juan Bautista de la Salle, y los secundarios en el Liceo Militar General Belgrano, de donde egresó como bachiller con el grado de Subteniente de Reserva.

Retirado del Ejército, fuerza a la que perteneció durante treinta años, estudió historia en el otrora prestigioso Instituto de Formación Docente de Paraná, su ciudad natal. Lo hizo junto a la promoción que cerró las puertas de esta antigua casa, para que pudieran abrirse las de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos.

Dedicado enteramente a su nuevo oficio, el de historiador, actualmente brinda una conferencia sobre “La Revolución de Mayo y el por qué estamos como estamos”, en la cual explica nuestro presente de crisis, tomando un período original y fundamentalmente crucial, del proceso histórico argentino.

HISTORIA A NACIÓN: Declaración de Bella Vista

ASPECTOS GENERALES

El Modelo Argentino de Historia a Nación es como una brisa nueva surgida del saludable viento del Paradigma Mundial de Historia a Debate.

Nace por la necesidad de poner nuestra disciplina al servicio de una sociedad ausente de contenido nación, radicando allí el origen de sus permanentes desencuentros, mal que la ha llevado por un camino decadente en todo su proceso histórico.

Dentro de esta idea, el modelo apunta a crear una conciencia colectiva sobre nuestra realidad social sin nación, y sin nación, a toda sociedad le resulta prácticamente imposible justificar debidamente su existencia, lo cual equivale a expresar, a cumplir con su rol dentro del Estado.

Para la toma de esta conciencia, la sociedad debe conocer primero su pasada realidad, condición indispensable para luego comprenderla, reflexionarla y después de tomar conciencia, actuar en consecuencia.

PROPUESTAS GENERALES DEL PARADIGMA MUNDIAL DE HISTORIA A DEBATE

Historia a debate es una tendencia historiográfica que apuntando hacia la configuración de un paradigma global, toma como misión desembalar la historia a través de una tarea esencialmente científica, para luego comunicarla en un discurso claro y acorde con las distintas culturas, a fin de facilitar el proceso del conocimiento. Para ello arrima a los historiadores estas diez propuestas relacionadas con la historiografía, el método y el episteme:

1- Desembalar la historia dentro de la más perfecta armonía entre el objetivismo de Von Ranke y el subjetivismo de la posmodernidad, pues de esa manera y sin caer en los extremismos, se redefinirá a nuestra disciplina como una ciencia social y parte de las humanidades que necesitamos.

2- Valorar la pluralidad de la fuente histórica, ampliándose la consulta a la documentación no oficial; a los restos no escritos de tipo material, iconográfico u oral; respetándose los silencios, los errores y las lagunas que el historiador ha de saber utilizar convenientemente.
Esta “nueva erudición” nos lleva a una historia desembalada con hipótesis, ideas, explicaciones e interpretaciones, que hacen a la necesidad de una ajustada planificación, de acuerdo a lo aprendido en Trabajo de Investigación durante los tiempos universitarios.

3- Buscar el prestigio académico y social de nuestra disciplina. Ello supone una “innovación” en los métodos y en los temas, en las preguntas y en las respuestas, y fundamentalmente en la originalidad de las investigaciones históricas, lo cual, además de renovar el espíritu del historiador, despertará la atracción y el interés de una sociedad que se sentirá comunicada.
Se le deberá perder miedo al mestizaje en la aplicación de los métodos, pudiéndose utilizar sin temor los más distintos géneros, pues se puede llevar al objetivo desde la microhistoria al tratado pasando por la biografía y el ensayo, siempre atendiendo al compromiso que satisfaga las necesidades de la sociedad.

4- Dar a la historia un trato profesional y científico, buscando la alianza con las demás ciencias humanas, reconociendo a las ciencias naturales y a todas aquellas que emergen de un avance tecnológico imparable y transformador.

En este sentido será fundamental evitar que la historia se diluya en cualquier disciplina exitosa, y que se considere a las ciencias sociales una ciencia social unificada.

5- Arribar a una historia global evitando el caos epistemológico que produce la fragmentación de escuelas, considerándose la globalidad no como objetivo sino como punto de partida. La historia total o integral necesita además de las nuevas tecnologías, en razón de facilitar éstas la unidad mundial de los distintos enfoques, en detrimento de la negativa fragmentación.

6- Analizar a los historiadores por lo que hacen y no por lo que dicen, por lo que producen y no por lo que prometen; ubicándoselos por el paradigma que siguen, por su tarea específica y por la comunidad de especialistas a la que pertenecen.

Se debe tener en cuenta que por ser sujeto, el historiador influirá en el resultado de su investigación en procura de la objetividad histórica.

7- Mantener la autonomía crítica respecto de cualquier tipo de poder para decidir el qué, quién, cuándo, dónde, cómo, por qué y para qué de tal o cual investigación histórica, a pesar de la cada vez más acentuada influencia de las apetencias económicas de las editoriales, de las multimediáticas corporaciones de comunicación social y de los poderes políticos de turno, que parecen asociarse para maltratar a la historia.

8- Hacer del “espíritu de escuela y la militancia historiográfica una especie de religión”, como una actitud firme dirigida al compromiso social, tratando de aprovechar el apoyo de los medios de comunicación comprometidos con la realidad.

9- Evitar el abuso de la historiografía digital, la que será un complemento de los libros y de las formas convencionales de investigación. Nunca esta nueva tecnología reemplazará los trabajos personales, aunque será parte de una actividad académica real.

10- Reivindicar la historia ante la sociedad, siendo ello el principal compromiso de los historiadores, siempre buscando que tal reivindicación se haga extensiva a todas las ciencias humanas, como una manera de asegurar el cumplimiento de su función ética, destinada a la formación de una conciencia colectiva y a la educación del ciudadano.


PROPUESTAS ESPECÍFICAS DEL MODELO ARGENTINO DE HISTORIA A NACIÓN

1. Admitir que el fin de la historia se encuentra en crisis.

2. Reconocer que la crisis comprende a la totalidad de las estructuras.

3. Rescatar a la historia para constituirla en un elemento de primera línea, dentro de un verdadero combate a librar en pos de un camino que ilumine y una a los argentinos.

4. Establecer con las ciencias humanas una alianza donde cada cual, conservando su independencia, pueda desarrollarse para cumplir con efectividad su rol.

5. Reflexionar sobre el pedido de las distintas iglesias, dentro de las cuales, la católica imploró en Lujan el 1° de Octubre de 2006: “Madre, necesitamos volver a vivir como hermanos”.

6. Apreciar como la historia se encarga de traducir este ruego católico, en la existencia de una sociedad desunida hasta la violencia, y heterogénea en sus vínculos hasta un invivible desorden.

7. Reconocer que las expresiones sobre el mal que brinda la historia, radica en la ausencia total de contenido nación.

8. Apreciar como el Estado conformado por una sociedad sin nación, ha podido sobrevivir gracias a su generoso espacio geográfico, el cual reacciona ante las “calamidades” cometidas por aquella.

9. Analizar a la sociedad teniendo en cuenta que la ausencia de nación, proviene desde el principio de la historia argentina.

10. Desembalar la historia de un modo que se preste al conocimiento y a la comprensión del mal, para dar lugar a la reflexión como paso previo a la toma de conciencia, sobre la urgente necesidad de imprimir a la sociedad “caracteres que la lleven a constituirse en nación”.

EL VALIOSO APORTE DE LA CIENCIA

La historia junto a las ciencias sociales hermanadas e independientes, constituyen el medio ideal para que la sociedad a través de la educación adquiera caracteres de nación. El punto de partida será el convencimiento y la toma de conciencia por parte de la misma, sobre la ausencia de ese contenido.

Al respecto, la sociedad no se debe conformar con la educación impartida en la institución escolar, sino que además deberá exigir al poder adopte actitudes y procedimientos acorde con el fin que se busca, en el cotidiano ejercicio de la política dentro de un contexto democrático.

Una educación así contemplada, podrá cumplir con objetivos generales que faciliten la unidad vincular de la misma naturaleza de los argentinos.

Tales objetivos contemplarán el respeto a la Constitución, a la ley y al sistema democrático en lo político; al establecimiento y perfeccionamiento de un modelo estructural consensuado, que atienda a la naturaleza y necesidad del Estado en búsqueda del progreso social en lo económico; al correcto uso del idioma español en lo lingüístico; al cumplimiento con los postulados doctrinarios de la iglesia en lo religioso; al cultivo y conservación de los rasgos provenientes de nuestra más auténtica argentinidad, que es como expresar nuestra naturaleza de origen en lo cultural, teniendo en cuenta que la misma proviene de las raíces hispano-india y aluvional, siendo esta última tan importante como la primera.

DEL POSITIVISMO Y LA POSMODERNIDAD AL PARADIGMA MUNDIAL DE HISTORIA A DEBATE

DE UNA SOCIEDAD SIN CONTENIDO NACIÓN A UNA SOCIEDAD ARGENTINA CON CARACTERES DE NACIÓN